Un tratado de libre comercio (TLC) consiste en un acuerdo comercial regional o bilateral para ampliar el mercado de bienes y servicios entre los países participantes de los diferentes continentes o básicamente en todo el mundo.
El objetivo oficial del tratado es “aumentar el comercio y la inversión” entre ambos lados del Atlántico, “creando un auténtico mercado trasatlántico que genere nuevas oportunidades económicas de creación de empleo y crecimiento, mediante un mejor acceso al mercado y una mayor compatibilidad reglamentaria”.
Según datos de la Comisión Europea, los intercambios de los Veintiocho con EE.UU. suponen en la actualidad el 40% del comercio mundial, y se realizan a un ritmo de 2.500 millones de euros diarios.
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